Esta valiosa mujer, doctora en Ciencias Políticas con la que tuve el honor de compartir
Cuando el reportero le pregunta si México aguanta otro 2 de julio, la diputada Presidenta María Elena Álvarez contesta literalmente: “No, no podemos tener otra elección así. Tenemos que llegar a las elecciones (2009) con una nueva reforma electoral…sin rebasar los plazos que marca
Aunque no se detalla en la entrevista, la diputada María Elena Álvarez se estaba claramente refiriendo a las largas campañas con dinero privado de origen desconocido que todavía no reglamenta la ley, a las larguísimas y carísimas campañas que pagamos entre todos los contribuyentes, a la guerra de promocionales sucios, a la ilegal interferencia del Presidente, de organismos empresariales y ministros de culto, como lo detalló el propio Tribunal, a la intromisión descarada de extranjeros violando el artículo 33 de
”Mire, estamos madurando – dice la diputada Álvarez – los partidos estamos aprendiendo que tenemos que unirnos para sacar acuerdos. La ciudadanía todavía no ve con buenos ojos que un partido y otro voten juntos. Se habla de alianzas como algo vergonzante. Este es un proceso cultural que cuesta trabajo ir cambiando”.
María Elena forma parte de una distinguida familia de políticos panistas. Su hijo Felipe Vicencio, reconocido por su integridad, dio una valiente batalla, junto con varios senadores de distintos partidos, en contra de la llamada Ley Televisa.
Creo que está en lo cierto la diputada. Entre bromas y veras suelo decir que reto a cualquier dirigente partidario, de cualquier partido, a que me permita tachar de sus documentos básicos tan sólo un veinte por ciento de sus frases; se lo pasamos a cualquier otro dirigente de otro partido, incluso el supuestamente más alejado. Lo firmará sin el menor titubeo. Es mucho más lo que no une que lo que nos separa. A decir verdad, sólo los grandes intereses de clase se confrontan; y eso por una visión miope del desarrollo económico. Me parece oportuno citar de nuevo a Carlos Slim: “ahora el desarrollo económico debe sustentarse en el bienestar de todos”.
Tenemos que dejar atrás la idea de los partidos políticos como enemigos que hay que exterminar; eso es la guerra. Los partidos políticos actúan en la paz y en la ley. Por cierto, las marchas y plantones están dentro de la ley y la paz. Los asesinatos de dirigentes son parte de la guerra. Los partidos políticos mexicanos son entidades de interés público según la ley. Confluyen en abanico, no frente a frente. Por eso hay izquierdas, centros y derechas y toda clase de matices. Juntos hacen el total de la nación. No son enemigos; son adversarios. Compiten; y por supuesto, pueden aliarse. Toda clase de alianzas. Es competencia por el poder, no guerra por la vida; y las alianzas normalmente son transitorias. Después ya veremos.
Nada tiene de vergonzoso que se pongan de acuerdo con los temas convenientes para todos, sin renegar de sus legítimas diferencias. Ahora tenemos temas de interés nacional como lograr una recaudación más justa y más alta; o como la impostergable reforma electoral. Tengamos esperanza.