En el mes de octubre del año 1999 el Consejo General del IFE tuvo a bien designarme como Vocal Ejecutivo de la Junta Local del IFE en el estado de Chiapas para el Proceso Electoral Federal del año 2000. Es de suponerse que en el ánimo de los integrantes del Consejo General se ponderó el hecho de haber sido el suscrito el único miembro del Servicio Profesional Electoral designado para integrar en agosto de 1994 la Oficina Municipal de Guadalupe Tepeyac como Coordinador Secretario a las órdenes de la Ejecutiva Ofelia Medina. En aquella ocasión, por acuerdo del Gobierno de la República con el mando del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, se estableció dicha Oficina Municipal para organizar las elecciones en la zona de las Cañadas, con 65 casillas. La elección en ése año 1994 se realizó sin contratiempos y a satisfacción de ambas partes en conflicto. De hecho podemos decir que ha sido el único acuerdo eficaz entre el gobierno y el EZLN.
A su vez, mi designación en 1994 se había basado en la circunstancia de haber sido el que suscribe Coordinador de la Comisión de Ayuda a Refugiados en la zona de la frontera sur de nuestro país, durante los años de 1989 a 1991 inclusive; ocasión en la cual se estableció una cordial y eficaz relación con la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, que atendía a los refugiados guatemaltecos que habían huido de las atrocidades del ejército de su país.
En la elección federal de 1997, sin embargo, se había ocasionado en Chiapas algunos incidentes serios durante el desarrollo de la jornada electoral, entre otros quema de casillas e incluso muertos (en esa ocasión era yo Vocal Ejecutivo de Jalisco).
Para octubre del 1999 fue necesario proceder de inmediato a recorrer las 12 juntas distritales del estado al mismo tiempo que se desarrollaban las primeras actividades del Consejo Local, que por ley principiaban.
Para ello es de reconocer que se contó con una excelente disposición y colaboración de los ciudadanos integrantes de dicho Consejo Local, que demostraron un gran sentido social y un fuerte compromiso democrático.
Por supuesto que de inmediato entramos en contacto con los dirigentes de las organizaciones cívicas que tenían contacto y presencia con las bases de apoyo del EZLN, y que incluso habían colaborado con Ofelia Medina en 1994, para hacerles saber que ahora teníamos la responsabilidad de todo el Estado.
Muchos de ellos acudieron a la convocatoria abierta establecida por el IFE para integrar los cuadros de capacitadotes - asistentes electorales. Varios de ellos fueron también designados por el Consejo Local para integrar los Consejos Distritales.
Por lo que se refiere a la llamada zona de conflicto, que para efectos nuestros siempre designamos como zona de las Cañadas, se hizo una cuidadosa tarea de concertación y de anuencia con las comunidades, al igual que en las demás regiones del estado. Sin embargo, a 20 días de la jornada electoral, durante la presencia del candidato Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en Ocosingo y en pleno acto de campaña, los dirigentes campesinos más contestatarios de la zona, jefaturados por Porfirio Encinos (quién falleció hace dos años en un accidente aéreo siendo titular de la Secretaría de Desarrollo Indígena del Gobierno Estatal), manifestaron a los medios de comunicación que las autoridades del IFE habían decidido establecer las casillas en comunidades preferentemente priístas con ánimo sesgado.
De inmediato me trasladé a Ocosingo, a 5 horas de Tuxtla Gutiérrez, pidiendo mientras tanto al Vocal Ejecutivo y Consejero Presidente de este distrito que convocara a los dirigentes campesinos de las Cañadas a dialogar con los integrantes del Consejo Distrital. No obstante de ser esto 20 días antes de la jornada electoral, y ya hecha la primera publicación de ley sobre la ubicación e integración de las casillas, prevista en el artículo 195 del COFIPE, nos reunimos con ellos para escuchar sus propuestas. Se les aclaró que, según las normas, se había solicitado la anuencia en la comunidad más importante de cada sección (generalmente base del EZLN) y se les mostró los documentos de no aceptación. Sobre la marcha nos hicieron saber que sí, pero que “habían cambiado las circunstancias”.
De las 14 propuestas de modificación que presentaron Porfirio y sus compañeros, los Consejeros Distritales estuvieron dispuestos a aceptar 12, razonando por qué no consideraban procedente aceptar las otras dos. Después de un intercambio de impresiones entre ellos en su propio idioma, manifestaron su anuencia; y ahí mismo se acordó que se convocaba para el día siguiente a una reunión extraordinaria del Consejo Distrital para formalizar los cambios acordados. La minuta de dicha reunión, con la firma de los dirigentes, debe obrar en el archivo de la Junta Distrital de Ocosingo. La segunda publicación se hizo entonces “con los ajustes correspondientes”, como reza el artículo 195.
La jornada electoral federal del año 2000 transcurrió sin contratiempos de consideración y desde luego sin sangre ni fuego, al igual en las Cañadas que en el resto del Estado.
A su vez, mi designación en 1994 se había basado en la circunstancia de haber sido el que suscribe Coordinador de la Comisión de Ayuda a Refugiados en la zona de la frontera sur de nuestro país, durante los años de 1989 a 1991 inclusive; ocasión en la cual se estableció una cordial y eficaz relación con la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, que atendía a los refugiados guatemaltecos que habían huido de las atrocidades del ejército de su país.
En la elección federal de 1997, sin embargo, se había ocasionado en Chiapas algunos incidentes serios durante el desarrollo de la jornada electoral, entre otros quema de casillas e incluso muertos (en esa ocasión era yo Vocal Ejecutivo de Jalisco).
Para octubre del 1999 fue necesario proceder de inmediato a recorrer las 12 juntas distritales del estado al mismo tiempo que se desarrollaban las primeras actividades del Consejo Local, que por ley principiaban.
Para ello es de reconocer que se contó con una excelente disposición y colaboración de los ciudadanos integrantes de dicho Consejo Local, que demostraron un gran sentido social y un fuerte compromiso democrático.
Por supuesto que de inmediato entramos en contacto con los dirigentes de las organizaciones cívicas que tenían contacto y presencia con las bases de apoyo del EZLN, y que incluso habían colaborado con Ofelia Medina en 1994, para hacerles saber que ahora teníamos la responsabilidad de todo el Estado.
Muchos de ellos acudieron a la convocatoria abierta establecida por el IFE para integrar los cuadros de capacitadotes - asistentes electorales. Varios de ellos fueron también designados por el Consejo Local para integrar los Consejos Distritales.
Por lo que se refiere a la llamada zona de conflicto, que para efectos nuestros siempre designamos como zona de las Cañadas, se hizo una cuidadosa tarea de concertación y de anuencia con las comunidades, al igual que en las demás regiones del estado. Sin embargo, a 20 días de la jornada electoral, durante la presencia del candidato Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en Ocosingo y en pleno acto de campaña, los dirigentes campesinos más contestatarios de la zona, jefaturados por Porfirio Encinos (quién falleció hace dos años en un accidente aéreo siendo titular de la Secretaría de Desarrollo Indígena del Gobierno Estatal), manifestaron a los medios de comunicación que las autoridades del IFE habían decidido establecer las casillas en comunidades preferentemente priístas con ánimo sesgado.
De inmediato me trasladé a Ocosingo, a 5 horas de Tuxtla Gutiérrez, pidiendo mientras tanto al Vocal Ejecutivo y Consejero Presidente de este distrito que convocara a los dirigentes campesinos de las Cañadas a dialogar con los integrantes del Consejo Distrital. No obstante de ser esto 20 días antes de la jornada electoral, y ya hecha la primera publicación de ley sobre la ubicación e integración de las casillas, prevista en el artículo 195 del COFIPE, nos reunimos con ellos para escuchar sus propuestas. Se les aclaró que, según las normas, se había solicitado la anuencia en la comunidad más importante de cada sección (generalmente base del EZLN) y se les mostró los documentos de no aceptación. Sobre la marcha nos hicieron saber que sí, pero que “habían cambiado las circunstancias”.
De las 14 propuestas de modificación que presentaron Porfirio y sus compañeros, los Consejeros Distritales estuvieron dispuestos a aceptar 12, razonando por qué no consideraban procedente aceptar las otras dos. Después de un intercambio de impresiones entre ellos en su propio idioma, manifestaron su anuencia; y ahí mismo se acordó que se convocaba para el día siguiente a una reunión extraordinaria del Consejo Distrital para formalizar los cambios acordados. La minuta de dicha reunión, con la firma de los dirigentes, debe obrar en el archivo de la Junta Distrital de Ocosingo. La segunda publicación se hizo entonces “con los ajustes correspondientes”, como reza el artículo 195.
La jornada electoral federal del año 2000 transcurrió sin contratiempos de consideración y desde luego sin sangre ni fuego, al igual en las Cañadas que en el resto del Estado.
Junio 30, 2004
Esteban Garaiz
Esteban Garaiz