miércoles, 13 de junio de 2007

MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA DE OCCIDENTE

Junio 13, 2007

No se trata de proponer un proyecto urbano alterno al Guggenheim. Aunque el de Bilbao, en el País Vasco, tiene una notoria ventaja sobre el proyecto de Guadalajara: el museo mismo, como edificio, es no sólo una hazaña arquitectónica y estructural, sino que su integración urbanística incorporando el Puente de la Salve (donde los marineros entrando por la Ría agradecían a la Virgen María: al divisar al fondo la basílica de Begoña) se completa con el puente de peatones Pedro Arrupe que se vincula con la Universidad de Deusto, jesuita, la primera de Vizcaya.

Las ruinas de la pirámide del Ixtépete, en serio abandono dentro de la conurbación de Guadalajara, son el claro símbolo de la actitud de los jaliscienses, en general, de espaldas a su pasado histórico y cultural indígena. Al parecer poco importa que más de la mitad de los municipios del estado conserven su nombre nahua original. Tecpan-titlan se volvió Tepa y Xalostoc-titlán se transformó en Jalos. Muy pocos caen en la cuenta de que Teuchitlán fue el primer polígono industrial de Jalisco (tierra de Jales) hace más de 2000 años exportando útiles de obsidiana; y de que los Guachimontones es, junto con Cuicuilco en el Distrito Federal el centro ceremonial de planta redonda más importante de Mesoamérica. Desde entonces, 2000 años, los valles centrales de Jalisco competían con el Valle de Anáhuac.

El Museo Nacional de Antropología e Historia de la ciudad de México fue en su tiempo visto por algunos comentaristas como un gran elefante blanco, faraónico y dispendioso. Poco después y, por supuesto cada día más en su referencia obligada para todos los visitantes nacionales y extranjeros, y claro, un gran orgullo nacional para los que todavía no se han descastado.

En las bodegas del INAH hay piezas almacenadas como para llenar otros tres museos del mismo tamaño: piezas que estarían mucho mejor en un gran Museo Nacional de Antropología e Historia de Occidente en los espacios libres de excavación del sitio del Ixtépete en Zapopan. Desconozco el tipo de tenencia del terreno, pero creo que la construcción del museo sería suficiente causa de utilidad pública; y las culturas prehispánicas de Occidente recibirán la relevancia que se merecen en la formación del sustrato sedentario, agrícola y civilizado de la Nación que hoy llamamos México.

No es demasiado imaginar que tener en la Zona Metropolitana de Guadalajara un museo así representaría también un detonante económico y urbanístico. En su desarrollo tendrían que converger las autoridades federales del INAH, las estatales de la Secretaría de Cultura y el Ayuntamiento de Zapopan.

Como Museo Nacional de Antropología e Historia de la ciudad de México, el de Occidente en el Ixtépete sería un punto de referencia adicional para visitantes, tanto como puede ser el Palacio de Gobierno y su Recinto Legislativo, la Catedral, el Hospicio Cabañas, el Panteón de Belén, el Templo Expiatorio, la Luz del Mundo, la Basílica de Zapopan o el Paraninfo de la U. de G., y otros espacios de esta ciudad que es la capital de Occidente.

Desde el punto de vista urbanístico, ya están los elementos básicos de infraestructura establecidos con la amplia avenida de la prolongación de Mariano Otero (que lleva el nombre del más ilustre de los jaliscienses) al otro lado del periférico, que ya se volvió circuito interior de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Por lo que toca al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y a las autoridades federales de cultura, les vendrá bien una oportunidad para borrar la imagen de que sólo las autoridades del “viejo régimen” se interesaban por promover y resaltar la cultura nacional en su raíz profunda.

Si dejamos atrás la miopía empresarista veremos que para la Zona Metropolitana de Guadalajara representará además un importante detonador del desarrollo económico y turístico, que cause admiración y respeto a los visitantes extranjeros y orgullo por lo propio a los viajeros nacionales y a los mismos habitantes de la zona metropolitana.

Esteban Garaiz

PAYASOS, INTELECTUALES, PEDINCHES (Publicado en revista IMPACTO)

IMPACTO

Enero de 1976

PAYASOS, INTELECTUALES, PEDINCHES

De vez en cuando alguien se olvida de las formas y las conveniencias, no me refiero nada más a quienes escribimos, dado que en IMPACTO consideramos que primero está la verdad de la intención, el valor de las ideas y el expresarlas como un simple y obligatorio hecho hacia nuestros lectores, sino a aquellos que por políticos, no suelen hablar así, derecho y al pecho. En la semana pasada, un señor llamado Esteban M. Garaiz, durante un desayuno ofrecido al licenciado López Portillo por la CNOP, dijo: …”…las clases medias urbanas aceptan en su mayoría de muy buen grado los principios doctrinarios o de nuestro partido (el PRI), PERO REPUDIAN DE MANERA VEHEMENTE LOS METODOS TRADICIONALMENTE UTILIZADOS…”. Después agregó: “..SON PRECISAMENTE LOS SECTORES MEDIOS Y URBANOS LOS QUE CUESTIONAN LOS PROCEDIMIENTOS DEL GOBIERNO Y DEL PARTIDO, NEGAR O PASAR POR ALTO ESAS OPINIONES, SERÍA PROCEDER CON ACTITUD SUICIDA DE AVESTRUZ. BASTA ACUDIR A UNA REUNIÓN DE JOVENES, A LOS CORREDORES UNIVERSITARIOS O AL TEATRO FRIVOLO Y OIR LOS CHISTES CALLEJEROS, PARA VER CUANTA FRUSTRACION, CUANTO REPUDIO ENCIERRAN…”

¿Miembro del PAN, el señor Garaiz, o del Partido Comunista? No, amigo Mario, nada menos que se trata del secretario de Estudios Sociales de la CNOP, y desde luego, miembro del PRI.

El mismo licenciado Garaiz dijo ante el candidato que para algunos de sus compañeros de la CNOP, hablar en ese tenor significaba una traición al partido, pero “PARA NOSOTROS NO MENCIONARLO REPRESENTARIA UNA TRAICION AL PUEBLO, A NUESTRO SECTOR Y A NUESTRA PROPIA CONCIENCIA…”.

¡Caramba! –me dije—este es un tío con toda la barba, debería ser ejemplo de tantos priístas que piensan que el engaño, la simulación, el aventón y el acarreo es la fórmula mágica para seguir sometiendo la voluntad de todo el pueblo.

Me reí primero complacido y después un tanto angustiado, sí, angustiado por el licenciado Garaiz (tenía que llevar apellido vasco) pues si sigue hablando así, le pueden suceder dos cosas, una, que no creo que le importe mucho, convertirse en un apestado dentro de la CNOP y del PRI, por andar diciendo esas cosas que por sabidas deben callarse; otra, una muy importante, que ya ha cobrado el respeto de quienes le escucharon hablar –muchos con terror—ante el candidato de la Presidencia y de quienes leímos sus declaraciones, lo cual sí debe importarle.

Don Pepe –ya aclaró que le llamen así—debe estar ya muy convencido de lo que el PRI, de lo que representa para esos miles de campesinos, colonos engañados, obreros mal representados, burócratas firmones y ponchadores de tarjeta, y debe ser el primero en desear con sinceridad que el PRI fuera otra cosa, que realmente arrastrara tras sus banderas a la mayoría de la población. No es así, y no porque los principios doctrinarios –como dijo Garaiz—se rechacen, al contrario, lo que repudia es precisamente el tipo de sistemas, las engañifas, el sometimiento absoluto del partido al poder público, los gastados cartabones, las frases tradicionales, los métodos iguales desde hace muchas décadas.

También acertó Garaiz en la decepción, la ofensa y la brecha abierta entre los jóvenes y todo aquello que sea representación del poder del gobierno.

Don José deberá tomar muy en cuenta esos asertos, hechos cotidianamente por muchos colaboradores de esta y otras dignas revistas y periódicos, pero ahora apuntados por un alto miembro del PRI, quien con todo lo necesario de varón, ha puesto el dedo en la llaga.

Quizá sea necesario que el mismo PRI convoque a sus mejores hombres para que en auténtico plan de autocrítica, se pongan al día las cosas.

Que nadie se permita engañar a López Portillo como se advierte lo han hecho en muchas ocasiones con Luis Echeverría. Los Presidentes no son dioses, son hombres, y los hombres solemos caer fácilmente en el engaño, si a éste se ha hecho una previa siembra con las fuertes semillas de la adulación, el servilismo, el acatamiento ciego, que sólo puede traducirse en traición.

No hay –lo repito—ningún enemigo al frente de López Portillo, es decir, no hay ningún otro candidato. El enemigo existe y es real. El primer domingo de julio próximo, hará su aparición. Se llama abstencionismo, único recurso al alcance del campesino, del obrero, del verdadero payaso y del verdadero intelectual, para manifestar su rechazo.

Lo abrazo con cariño, amigo Mario.

Juan Ibarrola Jr.

Entrevista sobre la política energética actual, en México.

Entrevista, que me hacen los periodistas Rubén Martín y Jesús Estrada, sobre la política energética en el actual gobierno.  https://mx.ivoox...