viernes, 14 de septiembre de 2007

LA MATRICULA Y LA U. DE G.

Julio 13, 2007


Tuve el privilegio haber sido invitado al último informe como rector de la U. de G. de José Trinidad Padilla López, hombre afable y sin duda eficaz en su desempeño como rector de la casa de estudios más importantes de Jalisco. Debo decir con toda honradez que me impresionaron los logros obtenidos en los últimos 5 años. Sin duda alguna la presencia de centros universitarios regionales a lo largo y ancho de toda la geografía del Estado ha significado para muchos jóvenes jaliscienses una oportunidad de progreso personal e inimaginable hace décadas. Por otro lado, la consolidación de la Feria Internacional del Libro, la más importante de habla española en el mundo, ha puesto a Jalisco en los primeros planos de la cultura de América. Noté, sin embargo, una seria debilidad: la matrícula. La matrícula escolar, de licenciatura y de preparatoria, creció en esos años, según el informe, a una tasa inferior a 2 por ciento anual.


La UNESCO, que es el organismo de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura, nos está diciendo que si los países quieren ser en verdad competitivos tienen que lograr una cobertura universitaria o de educación superior de al menos 40 por ciento de sus jóvenes. Esto lo han logrado los países que nos siguen dejando atrás en competitividad: como Taiwán, Corea, Singapur, China, Cuba, Venezuela, Uruguay, Chile, Argentina, y otros. En México se llega apenas al 22 por ciento, es decir la mitad de lo que propone la UNESCO.


La educación pública sigue perdiendo terreno en México. Más de 300,000 jóvenes son rechazados cada año en las universidades públicas del país. En los últimos 25 años la participación de las escuelas privadas en la matrícula de educación superior ha pasado de 16 al 40 por ciento.


Han surgido o se han consolidado excelentes universidades privadas y también un montón de universidades patito. El punto central aquí hay que volverlo a recordar. El artículo 3º. de la Constitución, es decir la educación gratuita y universal, era, a raíz de la Revolución Mexicana, el verdadero mecanismo de capilaridad social y de incorporación de los desheredados al mercado y a la sociedad nacional de bienestar. Hoy, después de 20 años de estancamiento, viene la UNESCO a recordárnoslo. En el Distrito Federal desde la creación de la Universidad Autónoma Metropolitana en 1974, no se había creado ninguna universidad pública hasta la reciente fundación de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Pero lo importante de esta última fundación es el haber previsto en la ley que contará con los recursos necesarios de conformidad con el número de alumnos, cada día creciente. Así se evita el rechazo de alumnos que reúnan los requisitos de ingreso. Creo que debe generalizarse esta disposición legal. En Jalisco sería muy oportuno.


No es mi ánimo juzgar si el rezago en la matrícula de la educación superior pública es atribuible a la Federación por haber reducido en su presupuesto el porcentaje asignado a educación superior en los términos recomendados por la UNESCO; o al Poder Ejecutivo Estatal; o al Legislativo por no prever la asignación en términos del número de alumnos; o a la propia Rectoría de la U de G por no atender en primera instancia la matrícula escolar; sin ánimo de reducir la visión universal que debe tener toda universidad.


Lo que sí es importante recalcar es que el mercado puede atender a quienes tienen el dinero para pagar una universidad privada, pero es obligación del estado nacional el garantizar el derecho de todos a la educación; y esto es especialmente cierto y necesario en una nación como la nuestra, que todavía conserva las secuelas de una malformación congénita; una nación que hace 100 años tenía un 90 por ciento de sus habitantes analfabetos; y que eso ocurría 100 años después de haberse independizado.


Sólo la educación y la capacitación para el trabajo fuera del mercado puede lograr una sociedad con igualdad de oportunidades; y más en un país enraizado en una historia de terribles desigualdades, prolongadas por cien años de independencia sin desconquista, como es el caso de nuestro. Por ello creo necesario universalizar la previsión presupuestal según el número de alumnos.


Por lo que toca a la Universidad de Guadalajara, me quito el sombrero por sus espléndidos logros culturales, que tanto nos enorgullecen, pero las autoridades universitarias deben entender que el tema central de su actuación tiene que ser el crecimiento proporcional de su matrícula escolar


Todos debemos entender que la función de una universidad no se puede constreñir a los cursos escolarizados, pero en nuestra circunstancia histórica la formación profesional debe seguir siendo el eje central de la labor universitaria.


Esteban Garaiz.

ACUERDOS PARTIDARIOS Y REFORMAS POSIBLES

Julio 09, 2007


La Presidenta de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, María Elena Álvarez Bernal, fue entrevistada recientemente por Juan Pablo Becerra Acosta y le hizo importantes declaraciones sobre la urgencia de una nueva reforma electoral antes de que inicie el próximo proceso electoral federal que deberá empezar según la ley en octubre de 2008, es decir exactamente dentro de un año y tres meses.


Esta valiosa mujer, doctora en Ciencias Políticas con la que tuve el honor de compartir la Quincuagésima Legislatura desde distintas militancias partidarias, admite – y cito expresamente – “que es un reclamo de la ciudadanía, que no hemos atendido. No nos hemos dedicado a una reforma electoral, indispensable – dice -- para eliminar todos los incidentes que se dieron en la campaña, a fin de que no volvamos a tener una elección así”.


Cuando el reportero le pregunta si México aguanta otro 2 de julio, la diputada Presidenta María Elena Álvarez contesta literalmente: “No, no podemos tener otra elección así. Tenemos que llegar a las elecciones (2009) con una nueva reforma electoral…sin rebasar los plazos que marca la Ley de Reforma del Estado, a fin de que se modifiquen todas las circunstancias que se dieron en el proceso del año pasado y que hicieron la elección tan difícil”.


Aunque no se detalla en la entrevista, la diputada María Elena Álvarez se estaba claramente refiriendo a las largas campañas con dinero privado de origen desconocido que todavía no reglamenta la ley, a las larguísimas y carísimas campañas que pagamos entre todos los contribuyentes, a la guerra de promocionales sucios, a la ilegal interferencia del Presidente, de organismos empresariales y ministros de culto, como lo detalló el propio Tribunal, a la intromisión descarada de extranjeros violando el artículo 33 de la Constitución, y otras irregularidades.


”Mire, estamos madurando – dice la diputada Álvarez – los partidos estamos aprendiendo que tenemos que unirnos para sacar acuerdos. La ciudadanía todavía no ve con buenos ojos que un partido y otro voten juntos. Se habla de alianzas como algo vergonzante. Este es un proceso cultural que cuesta trabajo ir cambiando”.


María Elena forma parte de una distinguida familia de políticos panistas. Su hijo Felipe Vicencio, reconocido por su integridad, dio una valiente batalla, junto con varios senadores de distintos partidos, en contra de la llamada Ley Televisa. La Suprema Corte acabó dándoles la razón.


Creo que está en lo cierto la diputada. Entre bromas y veras suelo decir que reto a cualquier dirigente partidario, de cualquier partido, a que me permita tachar de sus documentos básicos tan sólo un veinte por ciento de sus frases; se lo pasamos a cualquier otro dirigente de otro partido, incluso el supuestamente más alejado. Lo firmará sin el menor titubeo. Es mucho más lo que no une que lo que nos separa. A decir verdad, sólo los grandes intereses de clase se confrontan; y eso por una visión miope del desarrollo económico. Me parece oportuno citar de nuevo a Carlos Slim: “ahora el desarrollo económico debe sustentarse en el bienestar de todos”.


Tenemos que dejar atrás la idea de los partidos políticos como enemigos que hay que exterminar; eso es la guerra. Los partidos políticos actúan en la paz y en la ley. Por cierto, las marchas y plantones están dentro de la ley y la paz. Los asesinatos de dirigentes son parte de la guerra. Los partidos políticos mexicanos son entidades de interés público según la ley. Confluyen en abanico, no frente a frente. Por eso hay izquierdas, centros y derechas y toda clase de matices. Juntos hacen el total de la nación. No son enemigos; son adversarios. Compiten; y por supuesto, pueden aliarse. Toda clase de alianzas. Es competencia por el poder, no guerra por la vida; y las alianzas normalmente son transitorias. Después ya veremos.


Nada tiene de vergonzoso que se pongan de acuerdo con los temas convenientes para todos, sin renegar de sus legítimas diferencias. Ahora tenemos temas de interés nacional como lograr una recaudación más justa y más alta; o como la impostergable reforma electoral. Tengamos esperanza.

Esteban Garaiz

Entrevista sobre la política energética actual, en México.

Entrevista, que me hacen los periodistas Rubén Martín y Jesús Estrada, sobre la política energética en el actual gobierno.  https://mx.ivoox...