MONÓLOGOS PETROLEROS.
4.marzo-08
Siguen los rounds de sombra. Nadie ha visto un letrero que diga “se vende Pemex”. Todo el mundo sabe que se proyecta la reforma energética y que forma parte de las “reformas estructurales”. El Poder Legislativo Federal, ni ninguna de sus dos cámaras, ha recibido iniciativa alguna en la materia. Pero la Secretaría de Energía ha “planteado” a los grupos parlamentarios del PAN y del PRI en la Cámara de Diputados, que hay que “darle flexibilidad (a Pemex) para aliarse o asociarse con empresas privadas petroleras de otros países”.
Emilio Gamboa insiste: “No tengo conocimiento de esa propuesta o de algún documento que tengan los empresarios o que esté en la opinión pública. Como coordinador de los diputados, no tengo el documento”. Así que seguimos hablando solos y con los rounds de sombra. Durante varios años se dijo que no se podía discutir el tema de la conveniencia de la privatización de Pemex porque había una completa cerrazón de quienes opinaban que no era conveniente. No hemos sabido de ninguna convocatoria seria a analizar el tema con quienes realmente lo conocen: los técnicos. Sólo un continuo cambio de argumentos sucesivamente derrumbados.
Mientras tanto, ahora ya sabemos que es oficial. La Securities and Exchange Commision del gobierno federal de los Estados Unidos de América recibe un detallado reporte de Petróleos Mexicanos en el que le informa que el costo promedio de extracción de cada barril de crudo es de 4.24 dólares. Una simple resta nos dice que, si el promedio del precio internacional de la mezcla mexicana anduvo en 2007 arriba de los 60 dólares y ahora está por los 85, entonces parece que sí es rentable el negocio. Estoy hablando de antes de que Hacienda entre a saquear.
Cabe aclarar que, naturalmente, el costo promedio incorpora el pago a los trabajadores, incluido el dinero que la empresa entrega al sindicato. Cualquier reportero sabe que la proclamada corrupción sindical no representa ni la trigésima parte de la otra, la verdadera, la del tráfico de influencias y de asignaciones directas, la de concursos amañados.
Además ¿qué es la corrupción sino la privatización de lo público? Proponer la privatización para acabar con la corrupción es un completo absurdo.
Otro solemne despropósito es decir que Pemex es un monopolio, cuando queda claro que compite en igualdad de condiciones en un mercado internacional, que afina los precios de cada clase de petróleo según las variables de oferta y demanda, reales y calculadas, a lo largo de cada día. Hasta ahora, nuestros costos de producción por barril resultan ser en promedio de la mitad de los costos internacionales de todas las grandes petroleras. Por eso es un descarado sofisma proclamar una supuesta ineficacia de Pemex al comparar número de trabajadores sobre producción y, a continuación, comprometer una mayor generación de empleos una vez que haya inversión privada. Es claro que la crisis de la empresa, expropiada con la fervorosa contribución popular de pollos, aretes y hasta de anillos matrimoniales, no está en la producción; sino en el pésimo manejo directivo de los últimos 25 años y en el saqueo fiscal.
Ahora resulta que México necesita “ asociarse o aliarse” con las grandes empresas privadas, para poder contar con la tecnología necesaria para explorar y explotar yacimientos en aguas profundas. Habría que hacerse dos preguntas: la primera será por qué si los técnicos de la propia empresa nos dicen que hay “enormes riquezas” en aguas profundas, se sigue repitiendo que México quedará sin petróleo en 10 años. Segunda pregunta y la más importante: ¿ se le ha ocurrido a la señora Kessel preguntar a nuestros técnicos, los del Instituto Mexicano del Petróleo y los de la empresa, si hay necesidad de “ asociarse o aliarse” con las privadas para contar con la tecnología, o es una decisión tomada que ya se ele notificó?
Puede ser útil analizar en detalle qué está pasando con las grandes oferentes de petróleo en el mundo; por qué Rusia, Brasil, Venezuela, Ecuador, Bolivia están en el proceso de recuperación de sus recursos estratégicos. Por qué Estados Unidos no permitió la venta de una pequeña empresa de su país a Petrochina.
En cuanto a por qué Pemex, después de sus impresionantes utilidades brutas, no tiene los recursos necesarios para exploración y refinación, absolutamente imprescindibles, hay que ver primero por qué el fisco federal tiene una recaudación sobre PIB inferior a la mitad del promedio de los países de la OCDE, a la que pertenecemos, por qué no se cobra el ISR a los grandes corporativos privados como en Suecia, por ejemplo, y por qué una sola empresa, Pemex , carga con el 40 por ciento del presupuesto federal.
Esteban Garaiz.