jueves, 3 de abril de 2008


PEDERASTIA: EL NUEVO MAL SOCIAL.

19 de Octubre de 2007

A decir verdad, no es para nada nuevo. Así lo ha venido descubriendo Angélica Aragón, gran actriz “apegada a la fe”, que con todo entusiasmo ha dirigido por estos días la obra teatral Por Razones Oscuras del norteamericano Mart Crowley. Terrible mal practicado por siglos, pero que ahora ha puesto en estado de alerta a la sociedad pensante al percibir lo profundo de sus raíces y lo devastador de sus consecuencias en las vidas de las numerosas víctimas, muchas más de lo que se imaginaba, a medida que la apertura social nos permite ver que los gazapos saltan por todas partes

Para no ir más lejos, con motivo del caso judicial ventilado en la Corte Superior de California sobre las posibles responsabilidades de los cardenales Norberto Rivera y Roger Mahony en la fuga del cura pederasta Nicolás Aguilar, nos venimos enterando por la prensa que el arzobispado de Guadalajara tiene en el oriente de la zona metropolitana una “ clínica de rehabilitación” de curas pederastas.

No es casualidad que este terrible mal se siga ventilando ahora cuando también diversos grupos cívicos, cada día más numerosos, y las propias autoridades civiles, en diversos niveles y latitudes, están prestando seria atención y pretendiendo poner remedio a otro grave mal social hasta ahora mal atendido: la violencia intrafamiliar, porque comparte con la pederastia la característica de su actuar oculto. Y es que, si lo vemos con atención, el abuso sexual a menores es un modo o especie de violencia intrafamiliar. Y resulta más execrable cuando se da el agravante de que el depredador es, casi siempre alguien que tiene “autoridad” o ascendiente sobre la víctima: familiar, maestro, sacerdote, médico o psicólogo.

Grupos católicos se han venido cuestionando de manera creciente si el celibato sacerdotal, aunado a la formación en grupos unisexuales, no resulta ser un caldo de cultivo que propicia el abuso sexual. Pero es importante hacer notar que, por un lado, el horrendo fenómeno de ninguna manera es privativo de los seminarios o colegios católicos. Por el otro, se dé dondequiera que se dé, es a todas luces un problema social y que atañe a toda la sociedad en general.

Una parte de los gazapos se ha hecho pública precisamente al conocerse la red criminal internacional, vinculada a través de Internet, valientemente denunciada por la periodista Lydia Cacho en su libro Los Demonios del Edén . Por cierto , la historia de Jean Succar Kuri, Kamel Nacif, el “gober precioso” Mario Marín y sus hermosas botellas, todavía no concluye; pero está consumiendo los días de una periodista valiente. Y al mismo tiempo está generando conciencia sobre la gravedad del asunto entre los ciudadanos que piensan en los problemas de la convivencia de todos.

Hablando de periodistas valientes hay que quitarse el sombreo también delante de Sanjuana Martínez, regiomontana californiana que está presentando en estos días su documentado libro Manto Púrpura: Pederastia clerical en tiempo del cardenal Norberto Rivera, editado por Grijalbo.

Sanjuana ha contado con el seguimiento y respaldo de otra gloria nacional del periodismo: Carmen Aristegui, quien también ha venido haciendo puntual descripción de la lucha desigual de las víctimas de Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo. De manera significada a partir del momento en que al padre Alberto Athié le tocó atender en el lecho de muerte al exlegionario José Manuel Fernández Amenábar, a quien convenció del perdón a cambio de la promesa de justicia. Ya es sabido que Athié fracasó en su intento de convencer al entonces cardenal Ratzinger de que se iniciara el proceso canónico sobre la conducta de Marcial Maciel.

Alberto Athié, decepcionado de la jerarquía, abandonó el sacerdocio, pero no la jurada lucha por la justicia en este caso. El Vaticano confinó a Marcial Maciel “a oración y penitencia” en su pueblo natal Cotija, sin haber sentenciado según el derecho canónico.

El abuso sexual sigue corroyendo los cuadros clericales católicos. Las diócesis de Boston y California están quebradas en sus finanzas, y en la confianza de sus fieles, por tantas indemnizaciones cubiertas a las víctimas de sacerdotes pederastas en “arreglos extrajudiciales”. La red de sobrevivientes de Abuso Sexual (SNAP) sigue su lucha en California y en México.

Queda un asunto perturbador: Joaquín Aguilar, víctima del sacerdote Nicolás Aguilar y que no logró convencer al juez californiano de su jurisdicción sobre el caso, declara a Carmen Aristegui que “México no está preparado para hacer justicia” en este tema del abuso sexual a menores.

Esteban Garaiz

Entrevista sobre la política energética actual, en México.

Entrevista, que me hacen los periodistas Rubén Martín y Jesús Estrada, sobre la política energética en el actual gobierno.  https://mx.ivoox...