martes, 19 de mayo de 2020

El Papa Francisco pide perdón


Para Milenio
Esteban Garaiz
29 octubre 2019


“Pido humildemente perdón no sólo por las ofensas cometidas por la Iglesia misma, sino por los crímenes contra los pueblos originarios que tuvieron lugar durante la conquista de América”.


Asombroso es lo que está ocurriendo: refundacional en la bimilenaria Iglesia Católica Apostólica Romana en el marco de referencia del Sínodo Panamazónico que se está desarrollando en Roma (en el Estado Vaticano) entre 6 y el 27 de octubre.
No sólo por la trascendencia moral que tiene el “poseed la tierra” frente a ese patrimonio común de la Humanidad entera que es la Amazonia: la Panamazonia, con más de 8 millones de kilómetros cuadrados bajo la soberanía de 9 estados nacionales.
A esta columna, siempre de agradecida libertad de expresión, le corresponde poner la atención en otro aspecto del Sínodo Panamazónico: el histórico. No para desempolvar antiguallas. Sino por todo lo contrario: por meter el dedo en la llaga, aunque duela. Porque realismo es reconocer, y sobre todo: asumir vivencialmente, que el pasado sigue aquí enclavado en nuestro presente; es admitir que la república, la libertad, la igualdad y la fraternidad son todavía ideales incumplidos, o en todo caso: inconclusos.
Dice Francisco: “¡Cuántas veces el don de Dios ha sido, no ofrecido, sino impuesto! ¡Cuántas veces ha habido colonización en vez de evangelización!”. Pero el Papa mira al futuro; no se queda en lo que pudo haber sido y no fue, o en lo que no debió haber sido y sí fue. Francisco alerta: “Dios nos preserve de los nuevos colonialismos”.
Porque sabe que hay mucha hipocresía y perversión de la noción central de que la Amazonia es patrimonio común de toda la Humanidad y debe ser preservada en beneficio y sobrevivencia de toda la especie humana. Sabe que están al acecho rapacidades extraterritoriales.
El reconocer, o señalar desde fuera, “las ofensas cometidas por la Iglesia misma”, o “por los crímenes contra los pueblos originarios que tuvieron lugar durante la conquista de América”, no puede ser considerado por nadie como una ofensa a sus convicciones religiosas.
Por lo contrario: se trata de corregir y enmendar, y de reparar en lo posible, ese pasado que ahí está presente en sus consecuencias actuales. Sobre toda en la ominosa anticristiana discriminación, a la luz de todos, entre descendientes de los conquistados, o esclavizados contra toda convicción moral, y los descendientes de los conquistadores, según su apariencia física.
La Iglesia, asamblea de seres humanos, mató con la Inquisición, con crueldad. Dio por buena, por siglos, la pena de muerte a los delincuentes según la justicia civil. Conserva todavía un mandamiento claramente machista: “No desearás la mujer de tu prójimo”. Excomulgó a Hidalgo que abolió la esclavitud. En los Altos sacerdotes tuvieron esclavos comprados.  Hizo de Jacobo hijo de Zebedeo, pobre pescador galileo, un Santiago Matamoros a caballo (que todavía tiene imágenes en muchos templos, con la espada en alto, que sólo sirve para matar).
Todo esto dicho con firmeza, sin el menor ánimo de ofender las creencias de nadie. ¡Admiración al Papa Francisco! “El segundo- dijo Jesús- es igual al primero: amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Entrevista sobre la política energética actual, en México.

Entrevista, que me hacen los periodistas Rubén Martín y Jesús Estrada, sobre la política energética en el actual gobierno.  https://mx.ivoox...