martes, 19 de mayo de 2020

Un millón 681 mil barriles

Para Milenio

Esteban Garaiz

28 de abril 2020

Lo mejor que le pudo haber ocurrido a México es verse presionado multilateralmente por la OPEP (o sea: la Organización de Países Exportadores de Petróleo, más otros también exportadores aliados en el intento de mantener alto y costeable el precio internacional de los hidrocarburos, como es el caso de México).

En cuanto a la “generosa” negociación de Donald Trump para asumir parte de la rebaja propuesta originalmente a México: algo tiene que ver con las reservas de crudo acumuladas en Cushing, Oklahoma por Estados Unidos, que ya rebasaron las condiciones de almacenaje.

Cualquiera que haya sido su personal intención, a México y a la propia OPEP les resultó una propuesta conveniente y aceptada.

Verse presionado a reducir un tanto la producción-exportación de crudo, y así reorientar parte de lo extraído (que no se repone) hacia su transformación industrial propia. No sólo para producir gasolinas y combustibles y así garantizar la movilidad estratégica nacional, al menos previsiblemente en los próximos 10 años; y a precios estables.

También, razonablemente, conviene para reponer la petroquímica básica, que esos canallas dejaron derrumbar; y así contar con insumos propios para la industria de fertilizantes (que ahora importamos absurdamente, en detrimento de nuestros campesinos y de las subsistencias populares a precio razonable).

Igualmente, en los millares de derivados de esos hidrocarburos en la mediana industria nacional, a partir de esa preciosa ventaja comparativa de nuestra tierra: medicamentos, fibras, envases, plásticos, pinturas, manteles, calzado, lentes, y tantos miles de útiles más, hasta pantallas de celulares y computadoras.

Todo ello con este recurso de nuestra tierra, en el que somos privilegiados; y que se malbarató durante decenios porque ya “íbamos administrar la abundancia”, en vez de transformarlo aquí con nuestro esfuerzo para una mejor vida de nuestra población.

Ese es, en resumen, el tema central: con OPEP o sin OPEP, con Trump o sin Trump, México debe transformar los recursos naturales de sus tierras y aguas patrimoniales, de los que está dotada de manera privilegiada para transformar con su esfuerzo y en beneficio de su gente.

Parte señera de esa reconstrucción debe estar orientada a la rehabilitación del Instituto Mexicano del Petróleo. Llena de orgullo y al mismo tiempo de rabia y de vergüenza, el saber que valiosos técnicos y científicos mexicanos, egresados o que formaron parte de la planta del IMP, hoy se encuentran trabajando profesionalmente en Siberia o en los Emiratos Árabes, el Mar del Norte y otras latitudes.

Porque ocurre también que Pemex paga derechos (regalías) al presupuesto federal por esos barriles de propiedad nacional que extrae. Es la petrolera que más derechos paga por cada barril extraído.

La baja en la extracción desequilibra las finanzas del gobierno federal (a pesar de las previsoras coberturas sobre los derechos federales). Pero ahorra conservando recursos de nuestro patrimonio natural. 

P. D. El derrumbe estrepitoso del precio internacional por la voracidad especulativa, confirma la urgencia de volver a la autonomía energética. Ahora es cuando.

 


Entrevista sobre la política energética actual, en México.

Entrevista, que me hacen los periodistas Rubén Martín y Jesús Estrada, sobre la política energética en el actual gobierno.  https://mx.ivoox...