Para Milenio
Esteban Garaiz
24 de diciembre 2019
En este solsticio de invierno, en plena temporada de posadas,
que son el bello reflejo de la fraternidad mexicana, nuestra Nación ha recibido
una serie de bendiciones que nos deben llenar de cauteloso optimismo.
Bendiciones que son también producto del tesón del pueblo
mexicano y de su dirigencia nacional.
Podemos enumerar con alegría, en una primera lista: 1) el
descubrimiento del yacimiento petrolero gigante de Quesqui en Huimanguillo,
Tabasco: el más grande descubrimiento en 30 años; 2)la confirmación del
yacimiento en Bacadéhuachi, Sonora, de litio, el mineral estratégico más
importante del siglo XXI, considerado, hoy por hoy, como el más grande del
mundo; 3) el aumento histórico, concertado, de 20 por ciento al salario mínimo
general, en beneficio de los millones de trabajadores con ingresos familiares
más bajos del país.
A éstas hay que añadir: 4) el avance en la rehabilitación en
las 5 refinerías más antiguas a más de un 60 por ciento, para acercarse en un
año a producir de nuevo la gasolina necesaria para la movilidad nacional
actual; 5) el anuncio autocrítico del Ministro Arturo Zaldívar, de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, reconociendo las fallas serias en el proceder
del Poder Judicial de la Federación, como el nepotismo y manifestando la
voluntad política para su regeneración; y complementariamente el arribo a la
judicatura del maestro Bernardo Bátiz, hombre de impecable trayectoria en el
servicio público.
Evidentemente no bastaba con empeñarse en la regeneración nacional
del Poder Ejecutivo Federal, y también de los actos del Poder Legislativo, con
una avalancha de 30 millones de voluntades ciudadanas en lucha por la
conducción honesta del país por el bien de todos, empezando por aquellos a los
que se les ha venido negando sus derechos más elementales escritos en el Pacto
Nacional.
Un sexto punto benéfico sería el gran logro diplomático de la
aprobación de las adiciones al T-MEC y con ellas la continuación de los
elementos centrales del Tratado de Libre Comercio.
La presencia de Agregados Laborales, que existen en el
Derecho Diplomático Internacional desde hace decenios en todas las embajadas
del mundo, no debe asustar a nadie; y menos que haya dirigentes empresariales
que se quieran envolver en la bandera en defensa de la soberanía nacional.
Su función es simplemente informar a sus gobiernos de la
situación laboral en el país sede. Si en México cumplimos cabalmente con lo
establecido en el artículo 123 de nuestra propia Constitución, a nadie aquí le
debe causar nerviosismo que los Agregados Laborales informen de ello a sus
respectivos gobiernos.
Como el propio Ejecutivo ha reconocido, el aumento al salario
mínimo es todavía insuficiente para recuperar el poder adquisitivo que tuvo en
1976. La prudencia financiera impone la gradualidad. Mientras tanto, el aumento
para 2019 no causó el temido desencadenamiento de la inflación: otro mito
derrumbado.